Calles de arquitectura típica castellana
Las dos calles principales, Corredera y Ontiveros, son porticadas, es decir, las casas reposan en rústicos troncos de árboles o columnas de piedra formando una estructura de soportales que se mantienen en pie desde el siglo XVII ( aunque algunos postes datan del siglo XIII). Estos soportales servían para resguardarse del frío y las inclemencias del tiempo.
En tiempos de Felipe III, Ampudia posee la feria franca ( no pagar impuestos por vender) y es en estas calles principales donde se sitúan los comerciantes.
Los nombres de las calles tienen relación con su trazado, con los oficios y con personajes que se dedicaron a lograr el bienestar de los ampudianos Francisco Martín Gromaz, ingeniero naval; Doña Josefa Gromaz, maestra; Fray marcelino Gutiérrez y Aristóbulo Llorente.
Además hoy en día podemos encontrar todavía antiguas hornacinas como la de San Juan en la C/ Duque de Alba, la de San Antón en la C/ Corredera y la de la Virgen de Alconada en la C/ Ontiveros.
En cuanto a las casas, direm os que suelen tener dos alturas. Sus muros son espesos para protegerse de las temperaturas. En su mayoría son de adobe y ladrillo, lo que las otorga un color gris o blanco sucio. Posteriormente se encalaron y en la actualidad suelen pintarse en tonos ocres y beige. ( Ley de urbanismo para la protección y conservación del casco urbano).
En su exterior vemos el alero y los canes en la parte más alta. Sus ventanas no suelen ser muy grandes por la temperatura y también a causa de la inseguridad social vivida en determinadas épocas. Las puertas, de madera, sencillas y resistentes.
En su interior suelen tener los dormitorios en el piso superior, y sobre ellos el desván. En el piso inferior: zaguán, cocina, despensa, comedor, patio o corral, y en muchas ocasiones con pozo, gallinero, pajar, cuadra, marranera…
El sistema de calefacción de estas casas, que todavía hoy perdura en muchas de ellas, es la gloria o enroje.
Las dos calles principales, Corredera y Ontiveros, son porticadas, es decir, las casas reposan en rústicos troncos de árboles o columnas de piedra formando una estructura de soportales que se mantienen en pie desde el siglo XVII ( aunque algunos postes datan del siglo XIII). Estos soportales servían para resguardarse del frío y las inclemencias del tiempo.En tiempos de Felipe III, Ampudia posee la feria franca ( no pagar impuestos por vender) y es en estas calles principales donde se sitúan los comerciantes.Los nombres de las calles tienen relación con su trazado, con los oficios y con personajes que se dedicaron a lograr el bienestar de los ampudianos Francisco Martín Gromaz, ingeniero naval; Doña Josefa Gromaz, maestra; Fray marcelino Gutiérrez y Aristóbulo Llorente.Además hoy en día podemos encontrar todavía antiguas hornacinas como la de San Juan en la C/ Duque de Alba, la de San Antón en la C/ Corredera y la de la Virgen de Alconada en la C/ Ontiveros.En cuanto a las , diremos que suelen tener dos alturas.
Sus muros son espesos para protegerse de las temperaturas. En su mayoría son de adobe y ladrillo, lo que las otorga un color gris o blanco sucio. Posteriormente se encalaron y en la actualidad suelen pintarse en tonos ocres y beige. ( Ley de urbanismo para la protección y conservación del casco urbano).En su exterior vemos el alero y los canes en la parte más alta. Sus ventanas no suelen ser muy grandes por la temperatura y también a causa de la inseguridad social vivida en determinadas épocas. Las puertas, de madera, sencillas y resistentes.En su interior suelen tener los dormitorios en el piso superior, y sobre ellos el desván. En el piso inferior: zaguán, cocina, despensa, comedor, patio o corral, y en muchas ocasiones con pozo, gallinero, pajar, cuadra, marranera…El sistema de calefacción de estas casas, que todavía hoy perdura en muchas de ellas, es la gloria o enroje.